CUENTOS DE TOKIO (1953) Yasujirô Ozu (Japón) Renunciando a cualquier efecto, y reduciendo la acción a unas simples líneas argumentales que brotan de situaciones ordinarias, Ozu propone al espectador del siglo XXI reencontrarse con el cine: disfrutar del placer que produce ver y oír una película. El comúnmente llamado “más japonés de los cineastas japoneses” fue un artista que hizo del sincretismo un rasgo estético y temático. “Su cine y sus temas hablan de la pugna y de la convivencia entre lo viejo y lo nuevo; lo autóctono y lo foráneo. De este modo Ozu se convierte en cantor del nuevo Japón: el que deja atrás el feudalismo para sumarse a los desafíos de la modernidad. Su cine nace de una nueva cultura urbana que entra en colisión con los valores tradicionales” [1] . Su obra nunca rebasa los límites de lo cotidiano; ni siquiera en aquellas películas en las que debido a las convenciones del género –comedia, película de gángsters- podía haber osado violentar tales lindes...